La seguridad en entornos de trabajo y atención al público comienza desde el suelo. Aplicar un tratamiento antideslizante eficaz permite reducir drásticamente el riesgo de resbalones, especialmente en zonas húmedas o de alto tránsito como cocinas industriales, vestuarios, pasillos logísticos o zonas de carga. Existen múltiples antideslizantes para suelos, cada uno con formulaciones y modos de aplicación distintos según el tipo de superficie y normativa aplicable.
¿Por qué aplicar un tratamiento antideslizante?
Los resbalones y caídas son una de las principales causas de accidentes laborales según los datos del INSST (Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo). Un suelo deslizante puede suponer un incumplimiento en los protocolos de prevención de riesgos laborales (PRL), además de un coste elevado en bajas y reclamaciones. La aplicación de soluciones antideslizantes contribuye a:
- Mejorar el coeficiente de fricción en superficies lisas
- Reducir accidentes por caídas en zonas húmedas o contaminadas
- Cumplir con la normativa en sectores como hostelería, sanidad e industria alimentaria
- Aumentar la durabilidad del pavimento al protegerlo de desgaste irregular
¿Dónde conviene aplicar tratamientos antideslizantes?
Los sectores más sensibles al riesgo de resbalones son aquellos donde el suelo puede mojarse o ensuciarse con frecuencia. Algunos ejemplos comunes incluyen:
- Suelo de cocinas industriales y restaurantes
- Rampas de acceso en parkings o centros logísticos
- Vestuarios, duchas y zonas comunes en centros deportivos
- Laboratorios, hospitales y clínicas
- Áreas de producción en la industria alimentaria
Tipos de soluciones antideslizantes disponibles
En el mercado existen distintas tecnologías de tratamiento antideslizante, entre ellas:
- Tratamientos químicos: modifican la microestructura del suelo para aumentar la fricción. Recomendados en suelos de cerámica o porcelánico.
- Recubrimientos o barnices antideslizantes: generan una capa protectora con rugosidad controlada.
- Soluciones en base agua o disolvente: adaptadas a entornos sensibles o donde se exige rápida aplicación y secado.
Paso a paso para tratamiento antideslizante para suelos
- Evaluar la superficie: Identificar el tipo de suelo, grado de deslizamiento y compatibilidad con el producto a aplicar.
- Limpieza previa: Eliminar suciedad, grasas o restos de productos anteriores con un detergente adecuado.
- Aplicación uniforme: Distribuir el producto antideslizante con rodillo, mopa o pulverizador según especificaciones.
- Tiempo de actuación: Dejar actuar el tiempo recomendado por el fabricante para asegurar su eficacia.
- Neutralización o aclarado (si procede): Algunos productos requieren aclarado tras su aplicación.
- Secado completo: Permitir que el suelo seque antes de volver a utilizar la zona.
Preguntas frecuentes sobre tratamiento antideslizante para suelos
¿Cada cuánto se debe reaplicar el tratamiento?
Dependerá del tránsito y del tipo de superficie, pero en zonas de uso intensivo se recomienda revisar su efectividad cada 6-12 meses.
¿Es compatible con suelos ya tratados anteriormente?
Sí, siempre que se retire correctamente la capa anterior o se utilice un producto diseñado para reaplicaciones.
¿Qué normativa regula el coeficiente antideslizante?
En España, se aplica el Código Técnico de la Edificación (CTE) en edificios públicos, además de normativas sectoriales específicas según el uso.
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